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Prensa: De la «zona de confort» a una vida de desafíos

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“¿Qué hiciste de nuevo y diferente hoy?”, era la pregunta diaria que la asesora en Comunicación Corporativa y Redes Sociales, Sonia Yánez, hacía a dos de sus amigas, cuando se quejaban de sus aburridas y conflictivas rutinas matrimonial y laboral, respectivamente.

“La vida es un ciclo y como tal se necesita estar en constante movimiento”, es una de las máximas de Yánez, que les repetía para que se preocupen por cada día hacer algo distinto, por pequeño que sea.
“Si algo no te gusta, cámbialo”, es el consejo de Sonia ante estas circunstancias.
Yánez tenía claro lo que las otras dos mujeres en medio de sus tribulaciones no veían: estaban atrapadas dentro de su ‘zona de confort’.
Lo supo con conocimiento de causa porque ella vivió en esta “zona de inacción”, como define al miedo al cambio que conllevó concretar su divorcio y buscar una casa para vivir con sus dos hijos. Siempre ha trabajado para mantenerlos.
Las quejas constantes, inconformidad, frustración, miedo, inseguridad, resignación son algunas de las alarmas que se encienden cuando atravesamos este estado, coinciden las coaches consultadas por EXPRESO.
Susi Hidalgo, máster coach en Programación Neurolingüística (PNL) y máster coach en Neurosemántica, explica a este Diario que “la zona de confort es donde vives, cuando estás en el mismo lugar haciendo las mismas cosas, sintiendo las mismas emociones y recibiendo del universo todo lo que ya le has pedido en tu cerebro. No salir de ahí significa no arriesgarte a vivir una vida de verdad, feliz”.
Agrega que si no tenemos otros pensamientos y dejamos de lado ciertas creencias, continuaremos viviendo las mismas situaciones, tal vez con otra gente, pero experimentando la misma agresividad, tristeza, pena o falta de valoración porque llegamos a no valorarnos a nosotros mismos.
“Cualquier cosa que haga fuera de lo que realiza diariamente es salir de su ‘zona de confort’”, acota Hidalgo, coincidiendo con Yánez y su forma ya descrita de alentar a sus amigas.
Cynthia Farah, quien también es máster coach en PNL y coach de Finanzas Personales, añade que “está mal definida (esta zona), porque de cómoda o de confort no tiene nada. Si bien es un sitio donde permanecemos porque ya conocemos donde estamos, en su mayoría no es lugar donde quisiéramos estar, ni nos hace feliz”.
¿Cómo SE LLEGA A LA ‘ZONA DE CONFORT’?
Farah responde: “Permitiendo que el miedo y la resignación se apoderen de nuestra vida y sean más fuertes que nosotros. Y es que ese mismo miedo puede darnos fuerzas para estar donde realmente queremos”.
Yánez vivió este último tipo de miedo. Sus dos hijos fueron su motor, pues “quería que tuvieran una mamá feliz, que sonriera a pesar del cansancio”.
“La gente tiene mucho miedo a equivocarse y el miedo a avanzar en sí es la primera equivocación. Cuando dejas ese miedo la vida se torna un camino más amable y entretenido”, asegura Sonia.
Mariuxi Hidalgo, máster en Gestión de Talento Humano, coach ontológica y laboral y máster en PNL, plantea otra óptica: “Si bien es cierto, no se trata de que lo que estamos haciendo nos genera insatisfacción, pero no está relacionado con los sueños que en algún momento nos planteamos (y no cumplimos)”.
Explica que en el plano laboral hay gente que está muy acostumbrada a un ritmo de trabajo en el que solo se cumplen las tareas que le encomiendan sin proponer proyectos propios. Y vive diciendo “esto no es lo que yo deseaba, pero bueno, más vale malo conocido que tomar nuevos retos”.
Estos casos son comunes y para atenderlos, Mariuxi Hidalgo recomienda: ponerse en los zapatos de los niños que fuimos y preguntarnos qué hemos cumplido de todos esos sueños que teníamos de pequeños como tener una casa, una profesión, una familia, viajar, tener un buen trabajo, etc.
“Cuando se pone frente a su niño y se empieza a cuestionar la persona se da cuenta que está cayendo en una monotonía, en una rutina, entonces le puedes hacer ver que puede salir de su ‘zona de confort’”, agrega esta coach.
Todas coinciden en que llegado a este punto hay que parar de quejarse y tomar acciones.
“El primer paso es estar decidido y luchar por ello, si en el camino necesitas ayuda, dependiendo de qué es lo que te impide seguir, siempre será útil contar con ayuda profesional”, aconseja Farah.
“Lo más seguro en la vida es que te vas a caer y que vas a fallar para poder aprender. Yo en un mismo mes me cambié de trabajo, de casa y hasta de rutina. Y no me arrepiento. Creo que no hay mejor sensación que estar segura que todo lo que pasa es para bien. Y con esa certeza cualquier decisión que tomes te impulsará a salir de esa zona de inacción”, asegura Yánez.

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